Caminar junto a nuestro perro es una experiencia enriquecedora, especialmente cuando se trata del popular Camino de Santiago o de otros senderos turísticos frecuentados. Sin embargo, una duda habitual que surge entre peregrinos y senderistas es si llevar a su perro atado o permitirle ir suelto durante el recorrido. Para resolverlo analizaremos en detalle la normativa legal, riesgos y ventajas de cada opción, además de ofrecerte recomendaciones técnicas sobre equipamiento específico.
¿Qué dice la ley sobre llevar al perro suelto?
La regulación sobre perros sueltos en lugares abiertos como caminos públicos, espacios naturales y vías verdes depende de normativas autonómicas y municipales en España. En general, la normativa española en vigor prohíbe expresamente llevar perros sueltos en vías públicas, caminos rurales o zonas naturales protegidas salvo indicación expresa en sentido contrario. Estas normas buscan proteger la seguridad ciudadana, prevenir accidentes y cuidar la fauna autóctona.
Concretamente, la Ley de Seguridad Ciudadana (Ley Orgánica 4/2015, Artículo 37) establece que la libre circulación de animales potencialmente peligrosos o perros sueltos en zonas públicas puede ser sancionada, calificándose como infracción leve con multas que oscilan entre los 100€ y 600€ dependiendo del lugar, comportamiento y circunstancias del incidente.
Complementariamente, en espacios naturales específicos como el Camino de Santiago, la normativa depende de los municipios atravesados, lo cual obliga al peregrino a revisar previamente las ordenanzas locales para evitar sanciones (fuente: Ministerio del Interior, Ley Orgánica 4/2015).
Normativa vigente en caminos públicos
La regulación general especifica lo siguiente:
– Ley 50/1999 sobre la tenencia de animales potencialmente peligrosos: Obliga a llevar a estos perros con correa corta (máximo 2 metros), bozal homologado e identificación oficial.
– Ley 42/2007 sobre el Patrimonio Natural y la Biodiversidad que restringe expresamente que los perros circulen libremente sin correa especialmente en zonas ZEPA (zonas especiales de protección de aves) y parques nacionales o naturales.
– Plazos y condiciones específicas regulados por ordenanzas municipales: Cada ayuntamiento tiene potestad exclusiva para decidir dónde y cuándo está permitido el acceso y circulación de perros con o sin correa en su territorio.
Para obtener información precisa, antes de iniciar el Camino se recomienda consultar las ordenanzas locales de ciudades y pueblos del recorrido (legislacionvigente.es).
Riesgos de llevar al perro suelto en el Camino: pérdidas, accidentes, fauna y otros peregrinos
Aunque la idea de permitirle correr libremente pueda parecer atractiva para nuestro perro, llevarlo suelto en el Camino es potencialmente peligroso y problemático por diversos motivos:
– Riesgo de atropellos y accidentes: un animal descontrolado puede provocar o sufrir accidentes al cruzar carreteras y caminos rurales con tráfico ocasional (Fundación Affinity).
– Efectos negativos sobre la fauna autóctona. En entornos naturales protegidos, perros sueltos pueden atacar o asustar a especies animales locales poniendo en riesgo su conservación, como así indica la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife España).
– Conflicto con otros peregrinos y perros. Generar conflictos o incluso enfrentamientos con otros peregrinos debido al posible miedo, alergias o fobias; además de enfrentamientos con otros perros por territorialidad (Revista Canina Especializada de la Real Sociedad Canina de España – RSCE).
– Extravíos frecuentes en zonas desconocidas. Se incrementan significativamente casos de pérdida o extravíos de perros en senderos largos como el Camino de Santiago (FAADA).
Por ello, aunque parezca más natural para nuestro compañero canino, la libertad en estas circunstancias conlleva riesgos importantes.
Ventajas de usar correa y arnés adecuados: Control, seguridad y convivencia
Llevar a nuestro perro con correa y arnés presenta múltiples ventajas en comparación con dejarlo suelto:
– Mayor control y seguridad: Una correa efectiva evita accidentes, ataques, comportamientos agresivos o temerosos, y facilita la rápida intervención ante cualquier eventualidad (Veterinary Record Journal).
– Convivencia tranquila: Facilita una relación amable y cordial con otros peregrinos evitando posibles conflictos y discusiones generadas por la presencia no deseada o intrusa de un perro suelto (Guía de Convivencia con Perros, Universidad Complutense de Madrid).
– Protección de ecosistemas naturales: Evita daños al entorno y perturbación a la fauna autóctona, respetando las leyes ambientales y áreas protegidas (SEO/BirdLife).
– Normativa y multas: Evita sanciones económicas derivadas del incumplimiento normativo.
Correas recomendadas para el Camino de Santiago: Tipos, longitudes y materiales más cómodos
A la hora de elegir correa y arnés, debemos priorizar comodidad, resistencia y funcionalidad. Recomendaciones generales:
– Tipo de correa: Mejor optar por correas multiposición o manos libres, que permiten adaptar la longitud según necesidad y circunstancia (RSCE).
– Longitud ideal: Aproximadamente variable entre los 1,50 m hasta máximo 3 m. Evitar correas extensibles en espacios reducidos o concurridos, pues dificultan el control sobre el animal (FAADA).
– Arnés ergonómico: Mejor que collares tradicionales que pueden provocar presión cervical, un arnés transpirable y ergonómico será mucho más cómodo y seguro en jornadas largas de senderismo (Instituto Veterinario Zoetis).
– Material recomendado: Nylon reforzado, poliéster o cuero suave por su resistencia, ligereza y facilidad de limpieza (Clínica Veterinaria Complutense).
Preguntas frecuentes sobre llevar perros sueltos o atados en el Camino:
¿Me pueden multar por llevar el perro suelto en un camino rural?
Sí, las multas oscilan normalmente entre 100€ y 600€ dependiendo del municipio y gravedad.
¿Existen tramos del Camino que permitan llevar perros sueltos?
Actualmente la mayoría de municipios optan por exigir la correa; debes consultar regulaciones específicas locales siempre.
¿Qué tipo de perros deben ir obligatoriamente con bozal?
Perros considerados potencialmente peligrosos según Ley 50/1999 obligatoriamente requieren bozal.
¿Son más cómodos los arneses que los collares tradicionales?
Sí, los expertos veterinarios recomiendan arneses para largas caminatas, evitando lesiones cervicales o problemas respiratorios.
¿Qué hago si pierdo a mi perro durante el Camino?
Es fundamental prevenir usando identificación clara y microchip implantado actualizado. Si ocurriera, avisar inmediatamente a Protección Animal de la localidad más cercana.