Realizar rutas largas como las del Camino de Santiago junto con nuestro fiel compañero exige atención especial hacia ciertos aspectos, entre ellos, cuidar las patas del perro. Las almohadillas del perro son estructuras resistentes, pero sensibles, expuestas constantemente a superficies irregulares, asfalto caliente y factores climáticos agresivos. En este artículo detallaremos la forma más efectiva de proteger y cuidar las patas de tu perro durante todo el recorrido, basándonos en información rigurosa y especializada.
Principales Problemas en las Patas de tu Perro Durante el Camino
Al emprender rutas de largas distancias con perros, es común encontrar ciertos problemas específicos en sus patas:
Heridas superficiales: causadas por piedras afiladas, elementos cortantes del camino o astillas.
Ampollas y callosidades: debido a la fricción continua o uso excesivo sin pausas adecuadas.
Quemaduras por calor (asfalto caliente): especialmente en trayectos urbanos donde las temperaturas pueden ser muy elevadas.
Desgaste y erosión en almohadillas: normal en perros poco acostumbrados a largas distancias, resultando en irritación y dolor.
Según indica la American Kennel Club (AKC), en caminatas largas las almohadillas de los perros deben revisarse minuciosamente a diario para evitar complicaciones posteriores.
Heridas, ampollas y quemaduras por asfalto
Un estudio de la Journal of Veterinary Medicine and Science deja patente que las almohadillas están diseñadas naturalmente para resistir la abrasión suave, pero no para soportar temperaturas muy elevadas o continuas horas de caminata sin protección. La temperatura del asfalto puede alcanzar hasta 50 ºC en su superficie durante días soleados, provocando quemaduras graves rápidamente en las patas del perro.
Reconocer signos tempranos es vital: cojera repentina, lamido constante, inflamación visible o enrojecimiento son indicadores claros de daño.
Cómo Cuidar las Almohadillas de los Perros
Todos los profesionales coinciden y como estrategias útiles reseñables procedentes de veterinariosa, destacamos las siguientes:
Adaptación gradual: permitir al perro acostumbrarse progresivamente, aumentando distancia y tiempo.
Inspecciones frecuentes: revisa regularmente las patas para identificar lesiones pequeñas y tratarlas inmediatamente.
Hora adecuada: evita caminar con tu perro durante el horario de máximo calor en verano. Planifica tu ruta de modo que de 11:00 a 13:00 horas solares no estés en ruta. Por tanto, en tu reloj será entre 13:00 y 15:00.
Alternativas a pavimento. Elegir rutas naturales con tierra, césped o superficies menos agresivas.
La American Veterinary Medical Association, AVMA, promueve una prueba infalible: Si el pavimento está demasiado caliente para sostener cómodamente el dorso de tu mano durante 7 segundos, es perjudicial para las patas de tu perro”. Es recomendable pruebas táctiles rápidas antes de iniciar caminatas largas.
Uso de Botas y Bálsamos Protectores para las Almohadillas del Perro
Usadas por senderistas caninos profesionales como medio de protección preventiva, las botas especiales de trekking para perros ofrecen barrera directa contra calor, frío, corte y abrasión. Expertos, como los del Colegio Europeo de Medicina Deportiva Veterinaria (ESVSM), sugieren elegir botas flexibles, transpirables y adaptadas perfectamente a las patas de tu perro para evitar incomodidades.
Los bálsamos para almohadillas a base de productos naturales como cera de abejas, aceite de coco o vitamina E fortalecen la capa superficial. Aportan hidratación, flexibilidad y resistencia frente al desgaste continuado (Fuente: Veterinary Dermatology).
Cuidados diarios al finalizar cada etapa
Son esenciales los rituales diarios de rutina, con revisión minuciosa y pausas de descanso para garantizar la salud podal:
Limpieza diaria. Utiliza agua tibia y jabón neutro para eliminar suciedad y prevenir infecciones.
Secado completo. Evita la humedad residual entre dedos que provoque dermatofitosis (hongos).
Revisión exhaustiva. Busca cortes, hematomas, cuerpos extraños (espinas o piedrecillas) e irritación. Retira con precaución y cura apropiadamente si es necesario.
Masajes suaves: mejoran la circulación y alivian tensiones musculares.
En la European Society of Veterinary Orthopaedics and Traumatology, los veterinarios recomiendan además que cada 4 a 6 días, se realice un descanso de 24 horas para recuperación efectiva de tejidos.
Productos recomendados para proteger sus patas
Las recomendaciones del Veterinary Information Network sobre rendimiento, seguridad veterinaria y eficiencia indican que es prioritario utilizar elementos específicos para la protección efectiva. Algunos productos probados y recomendados incluyen:
Botas de trekking para perros (marcas Ruffwear Grip Trex, Kurgo Step-n-Strobe). Han de ser resistentes, transpirables y con suela protectora anti-abrasiva.
Bálsamos protectores (Musher’s Secret, Trixie Paw Care): bridan barrera hidratante y reparadora debido a sus ingredientes naturales seguros.
Vendas autoadhesivas (cohesivas tipo Vetrap 3M). Son útiles en emergencias ante heridas superficiales para continuar la ruta protegidos hasta recibir atención veterinaria.
Preguntas frecuentes sobre cómo cuidar las patas de tu perro en el Camino
¿Mi perro necesita obligatoriamente botas para el Camino?
No obligatoriamente, pero si vas a recorrer distancias largas o superficies muy calurosas, las botas son altamente recomendadas por profesionales veterinarios.
¿Cómo saber si las patas de mi perro están demasiado dañadas para continuar?
Detente ante signos de cojera persistente, heridas visibles, inflamación severa, sangre o rechazo constante a caminar.
¿Qué hago si mi perro se quema las patas por calor?
Enfría inmediatamente con agua fresca (no helada), aplica crema específica calmante y visita a un veterinario cuanto antes.
¿Sirven las cremas hidratantes comunes para humano en las almohadillas caninas?
No, las almohadillas caninas requieren fórmulas específicas, ya que cremas humanas pueden resecar o causar alergia.
¿Cada cuánto hay que revisar las patas de un perro cuando camina largas distancias?
El estándar aceptado en veterinaria deportiva es cada dos horas aproximadamente.